Solidez defensiva, orden táctico y después vemos. La receta de Orfila puede resultar poco vistosa, pero funciona. Al menos, lo volvió a hacer: con un planteo inteligente, con intensidad y con buena disposición en defensa, se trae tres puntos de oro de Mendoza.
Gimnasia fue superior a Godoy Cruz en todo momento y ganó bien. El Lobo impuso sus condiciones desde el vamos y nunca se salió de su libreto. Así, le puso las cosas muy difíciles al Tomba y nunca le otorgó comodidad en el campo.
Sí, Gimnasia controló el partido sin tener tanto la pelota. Y otra vez, se destacó el esfuerzo colectivo. Los pilares, como ante Indepeniente, fueron Suso, Seoane, Briasco y Panaro. Pero en líneas generale, no hubo rendimientos bajos.
En una ráfaga de escasos minutos, Panaro metió el primero y, después, asistió a Torres para el segundo, todo en el primer tiempo.
Orfila no tardó en hacer los cambios necesarios en la primera parte del complemento: formó línea de 5 con el ingreso de Conti, tiró a la cancha a Piedrahíta para ganar velocidad y apostó a la contra. El rival, de recursos escasos, nunca le encontró la vuelta al partido, pese a que, sobre el final, descontó con un disparo de larga distancia. Fue 2-1 para Tripero.
EL Lobo se aferró a tres puntos vitales y consiguió su segunda victoria consecutiva en el certamen, lo que le otorga mucha más seguridad y confianza de cara a lo que se vendrá, que será Lanús en el Bosque el domingo de la semana próxima. ¡Vamos, Tripa!
Agustín Colianni