El Lobo sale con la cancha de frente para encabezar un ataque, corre el primer tiempo. El capitán Suso ingenuamente agarra el botín del rival: tiro libre para Instituto. Insfrán salva la jugada como un arquero de handball. El presente de Gimnasia es esa síntesis.
El Lobo de Orfila no perdió por más gracias a su arquero, y pena por otro año en la categoría. La dirigencia desgranada siguió empecinada en su manual de traer lo que venga y será recordada como las peores de la historia en gestión futbolística.
“Fuimos súper dinámicos”, expresó Suso. Ni siquiera tuvo ese tacto para entender el momento. Un mínimo de asesoría comunicacional, muchachos.
Es momento de accionar para evitar un desastre que sería mayor que 1979 y 2011 por la cantidad de equipos en disputa, por lo parejo y lo dificultoso. Si no, miren a Colón.
La queja en el Bosque viene de la mano de unidad y organización para un club serio que siga las líneas de Griguol. 20 años de desastre anuncian el final de una película de terror, pero aún quedan algunas balas. No jodan más con la ilusión de la gente.
Santiago Giorello
