Inscribieron con el nombre "Lobo" a bebe platense. Se trata del primer caso aprobado por el Registro de las Personas a nivel nacional. La mamá se internó el sábado 22, y el bebé nació con luna llena.
¿En que otro lugar del mundo más que en La Plata un niño podría haber sido inscripto en el Registro Provincial de las Personas con el nombre de “Lobo”?
La historia acaba de tener final feliz para Sebastián Olindi, un arquitecto de 33 años que ni bien supo que su esposa Carla Ramos había dado a luz al primogénito en el Instituto Medico Platense, se presentó en la delegación del registro de la calle 35 entre 6 y 7 para inscribir al pequeño con el nombre que mejor identifica a su pasión futbolera.
Es que las autoridades del organismo no encontraron reparos, y de este modo Lobo Octavio Olindi es el primer niño argentino al que se autorizó a llamarse de ese modo.
La elección de un nombre de pila en la provincia de Buenos Aires se encuentra regulada por la Circular 1307/2003 y la Resolución 244, del mismo año. El nombre elegido deberá contemplar los recaudos previstos en la Ley 18.248, que entre aspectos señala que “el derecho de elegir el nombre de pila se ejercerá libremente, con la salvedad de que no podrán inscribirse los nombres que sean extravagantes, ridículos, contrarios a nuestras costumbres, que expresen o signifiquen tendencias políticas o ideológicas, o que susciten equívocos respecto del sexo de la persona a quien se impone”.
Una alta fuente del Registro de las Personas en el que Lobo fue anotado, explicó que “por lo normado en el nuevo Código Civil, si el nombre no ofende a nadie no hay problemas como para registrarlo”. Y ese fue el criterio adaptado para inscribir al niño que, vaya coincidencia, nació una noche de luna llena, mientras que su mamá se internó para dar a luz el domingo 22, número con el que se identifica a la hinchada de Gimnasia y Esgrima La Plata.
“La idea de ponerle Lobo estuvo inspirada en eso que dice la gente, sobre que lo más importante que uno tiene en la vida son los hijos. Yo no lo sabía porque no tenía hijos. Lo más importante que tenía en la vida, hasta que tuve un hijo, era tener a Gimnasia”, explica el flamante papá.
“Fue como la conjunción de esas dos cosas importantes: tener en una sola a Gimnasia y a mi hijo. Y era Lobo, entonces lo resumí en eso”, relata Sebastián.
“Otro objetivo que tuve fue tratar que la gente que no es de Gimnasia pueda decir ‘dale Lobo’, o ´vamos Lobo´, y así hacer que ese sentimiento que tenemos los de Gimnasia está cada vez más en boca de todos”, añade el fanático, quien enseguida acota que ya imagina a su pequeño en el jardín, “cuando tenga que ir de un lado para el otro y la maestra –que quizás sea de River, Boca o Lanús– le diga ´dale Lobo´, o ´vamos Lobo´, que te vinieron a buscar”.
Nacido con casi tres kilos y medio de peso a las 8 de la mañana del pasado lunes 23, Lobo llegó al mundo –y a las ciudad de las diagonales– para coronar la relación de sus padres extendida durante un noviazgo de doce años y medio.
“¡Dale Lobo!”, dicen que alentaron la partera, la obstetra y la enfermera para apurar el tránsito de la criatura por el canal de parto. Sin dudas, la misma letra de una partitura que el pequeño ya está obligado a escuchar en su casa de Los Hornos. Lo que se dice un auténtico gimnasista desde la cuna.
"Cuando nos empezamos a decidir por los nombres, Sebastian hizo más fuerza para que se llame Lobo. Yo entiendo el sentimiento por Gimnasia y por eso lo acepté. Para nosotros es algo común oír la palabra Lobo porque siempre está presente Gimnasia. Y ahora, el nombre Lobo nos gusta más todavía!", se entusiasma Carla, que con el nacimiento de su primer hijo pareciera ignorar que ha inaugurado una tendencia.
Fanáticos de Gimnasia y Esgrima La Plata, Sebastián y Carla consideran absolutamente natural haber dado el primer paso administrativo para que, con seguridad, otras familias puedan albergar en su seno a futuros Lobos y Lobas.
Tan natural como el acto reflejo de haber llevado al chiquito, antes que a cualquier otro sitio, a conocer el estadio de 60 y 118 para las fotos de rigor, tras recibir el alta en el sanatorio.
Tras confirmar en el Registro de las Personas que el Lobo platense es la primera y única persona en llamarse así en todo el país, su padrino Emiliano –otro fundamentalista albiazul– también cumplió con el rito tripero de hacer socio de Gimnasia al pequeño al minuto de nacer.
Pero allí se llevó una gran sorpresa: según los registros de la entidad de calle 4, existe un socio llamado Lobo que nació y vive en el exterior.
“Para marcarle a todos la diferencia…” retumba una de las canciones que entona la hinchada de Gimnasia en cualquier cancha para alentar en masa a su equipo. Al parecer, la historia del recién llegado Lobo no es la excepción, porque desde ahora es el primer argentino en llevar ese nombre en obvia alusión al sentimiento tripero que, como se sabe en La Plata, se jacta de ser diferente, único e irrepetible.
UN ANTECEDENTE FEMENINO
En abril de 2013, Jonathan y Romina fueron padres de su primera hija. Ambos fanáticos de Gimnasia y Esgrima de La Plata, buscaban un nombre que rindiera culto a la centenaria institución de la capital provincial, popularmente conocido como el "lobo".
"Elegimos Anouk que es un nombre de origen indígena que significa lobo. Nos gustó como sonaba y nos pareció dulce a la vez", explicó Romina. Para poder inscribir a Anouk, los papás debieron hacer un trámite previo ya que no figuraba en el listado de nombres autorizados de la provincia de Buenos Aires.
"Nos comunicamos con la Academia Argentina de Letras vía telefónica, enviamos por fax una carta con el pedido y ellos nos enviaron por correo el origen y la etimología del nombre. Con eso fuimos a la oficina de nacimientos y la anotamos sin problemas".
