La ironía sirve para pensar la función del periodismo en los tiempos que corren, luego de lo sucedido con el mediocampista tripero. Instalaron una versión como verdad y ocupó la agenda un par de días. La lógica de pase el que sigue y el poder del impacto mediático.
Hay un cuento de García Márquez que se denomina “Algo muy grave va a suceder en este pueblo”, donde el escritor y periodista colombiano, sintetiza en dos carillas y a través de un relato el poder de la palabra. En ese pueblo imaginario un joven instala un miedo, que se propaga tanto que se convierte en “verdad”. Lealó tripero, confío en su voluntad de acceder a él.
La analogía viene como anillo al dedo para pensar en el caso Rinaudo, quien para el emporio mediático más importante de nuestro país ya era jugador de Boca. La cadena es conocida, un dirigente habla con un par de periodistas operadores, le traslada la idea y este la instala como realidad en un marco de concentración mediática: TyC Sports, Olé, Fox Sports, ESPN, La Nación, Clarín, TN, Canal 13 y toda la red empresarial de repetidoras en el país que trata de hacer universal una versión de los hechos. Porque condenan y valoran, pero no son juzgados.
Porque Braña era un héroe en su tierra y Bolatti había dicho que no. Porque no había otro cinco y la voracidad de este fútbol negocio –que nos apasiona tanto como nos indigna- necesitaba reemplazar las piernas de Gago. Porque los medios neutrales, que no son más que partidarios de un puñado de equipos, necesitaban adecuarse a la velocidad de las organizaciones que los representan. Invaden de chusmeríos las pantallas, reducen el deporte al negocio de las compras y ventas, al fútbol espectáculo, a lo birrazo.
Pocas veces a este periodismo deportivo le interesa los otros deportes de los clubes, las necesidades de sus actores, las funciones educativas, los derechos de sus trabajadores. En un contexto donde hay voces que quieren transformar los clubes en sociedades civiles, más que nunca es importante generar resistencias para que nos privaticen la pasión.
Por suerte tenemos buenos periodistas en Gimnasia en donde apoyarnos, por fortuna las redes sociales, aunque sean criticables, a veces nos salvan. El laburante, estudiante o piba que estaba en la escuela el martes se llenó de dudas. Pero interiormente sabía que Rinaudo era incapaz de aceptar una propuesta así. Un tipo que reniega del sistema actual donde la plata supera a la persona, que volvió por sentimiento a Gimnasia y no por intereses económicos.
En tiempos líquidos, en tiempos de lo efímero, la palabra de los empresarios de los medios valía más que la del propio actor en cuestión. Porque periodismo no es ser más veloz, periodismo es desnudar las redes de lo que pasa. Porque dijeron que Rinaudo era de Boca en el plano deportivo, como omitieron en el plano económico alguna vez decirnos que saquemos la plata de los bancos en 2001. Cambia el género, pero el interés es el mismo. El poder de la palabra que García Márquez nos advierte, se mantiene y se propaga. Construye estigmas, genera prejuicios. Y si no lo ponemos en crisis, caemos en sus redes.
