De principio a fin. Así fue el control del Lobo sobre Vélez, que llegó al Bosque con la urgencia de ganar y se llevó un duro cachetazo de un rival que lo superó en todas las líneas.
Si la victoria de la semana pasada en el Nuevo Gasómetro había asomado bajo un manto de vitalidad y conciencia de que este equipo va por el buen camino, la noche de hoy fue un examen de reválidas que Gimnasia aprobó con creces.
Acaso por eso resulta muy difícil hallar puntos bajos e incluso regulares en un equipo que, en forma sorpresiva, parece haber dejado atrás varios golpes duros y estar decidido a apostar a ganador en lo que resta del Torneo Transición.
Gimnasia jugó un encuentro perfecto, tal como lo había hecho una semana atrás y tal como indica ese libreto tan conocido que armó Pedro Troglio (un entrenador sagaz que, cuando las papas arden y las críticas abundan, se las arregla para tapar voces). Y acá quedan a un lado las opiniones sin asidero de que Gimnasia venció a San Lorenzo más por impericia del Cuervo que por virtud propia. Porque esta vez, más de uno podrá esgrimir que Vélez viene de capa caída. Pero hoy, el Lobo ganó porque fue superior por escándalo y porque le propinó un baile táctico y futbolístico a los del Turu Flores.
El Tripero jugó al compás de un mediocampo que halló precisión gracias al movimiento de piezas implementado por el cuerpo técnico: el tándem uruguayo Pouso-Fernández se complementa a la perfección: Omar (hoy llegó a la quinta amarilla) se adueña de la cancha, quita, ordena, corre, molesta; Álvaro, ahora con amplísimo panorama, hace y deshace a capricho y deseo con terreno limpio. Y después, cuando la intrepidez de Rojas se asocia con la pausa de Nacho, Gimnasia se agiganta.
Adelante, Mendoza hace un trabajo importantísimo en el frente de ataque, yendo y vieniendo, arrancando con pelota dominada desde más atrás y apostando a la individual, mientras que Vegetti es un tanque invasor capaz de bancársela en cualquier batalla.
También hoy la defensa ratificó todo lo bueno de este certamen: el Lobo es uno de los equipos menos goleados del torneo (sería el segundo detrás de River si no se contara el 0-3 ante Defensa y Justicia, cuando jugaron los suplentes).
En resumen: Vegetti la mandó a guardar de cabeza a los 13 minutos de juego tras un buen centro de Mendoza, y Nacho hizo lo propio cuando la primera etapa se moría luego de un exquisito pase aéreo del capitán Licht. Fin de la historia: Gimnasia sacó pecho y liquidó el pleito en poco más de 45 minutos.
Todo lo que vino después fueron manotazos de ahogado de la visita por penetrar en terreno de Monetti y una gran compenetración del Lobo en la presión alta, el juego al ras del suelo, la precisión en los pases y la agilidad de tres cuartos en adelante.
Pudo haber sido goleada si el disparo violento de Mendoza no pegaba en el palo de Sosa o si el pibe Nicolaievsky llegaba un segundo antes a conectar un pase del salteño minutos más tarde.
Gimnasia fue fiesta y volvió a amigarse con la victoria. Hoy Gimnasia fue fútbol. Así. Así se juega a la pelota.
SÍNTESIS DEL PARTIDO
GIMNASIA (2): Fernando Monetti; Facundo Oreja, Osvaldo Barsottini, Juan Quiroga y Lucas Licht; Jorge Rojas, Omar Pouso, Álvaro Fernández e Ignacio Fernández; Javier Mendoza y Pablo Vegetti. DT: Pedro Troglio.
VÉLEZ (0): Sebastián Sosa; Matías Pérez Acuña, Sebastián Domínguez, Fausto Grillo y Emiliano Papa; Jorge Correa, Lucas Romero, Ariel Cabral y Leonardo Villalba; Lucas Pratto y Milton Caraglio. DT: José Flores.
GOLES PT: 13´ Vegetti (GELP) y 47´ I. Fernández (GELP).
CAMBIOS: PT: 40´ Ramiro Cáseres x Correa (VS). ST: 0´ Diego Nicolaievsky x A. Fernández (GELP), 17´ David Vélez Cedeño x Villalba (VS), 32´ Brian Ferreira x Papa (VS), 37´ Dardo Miloc x Pouso (GELP) y 42´ Ezequiel Bonifacio x Rojas (GELP).
