La derrota en Rosario dejo gusto a poco y mucho enojo entre los triperos. El equipo no tuvo la intensidad demostrada ante Huracán y dio un paso en falso en la previa al clásico. Así también lo hicieron saber tanto el capitán Leonardo Morales como el técnico Leonardo Madelón, en las declaraciones post partido, haciendo hincapié en la falta de concentración del equipo en los primeros minutos.
Pasadas seis fechas de la Copa de la Liga el equipo viene demostrando falencias que acarrea desde el torneo pasado. Le llegan mucho y le convierten fácil, tanto es así que en lo que va del torneo tiene 9 goles en contra, solo superado por Tigre, que cuenta con el peor promedio en esa faceta. La pelota parada en contra es un déficit que se viene arrastrando incluso desde el ciclo de Chirola Romero: en este torneo llegaron por esa vía los goles de Independiente Rivadavia, Vélez y Rosario Central, y es una instancia de los partidos en las que sufre cada vez que le toca defender. El debate respecto a marcar al hombre o marcar en zona parece lejano a esta altura, y es necesaria una mayor concentración colectiva a la hora de tener que defender una pelota quieta.
Un punto a destacar, y que es parte de lo ambivalente del equipo, es que a diferencia del año pasado ahora Gimnasia convierte mucho. Es el conjunto que, contando Copa Argentina y amistosos, viene siempre marcando goles en los últimos ocho partidos, entre los que se destaca la participación en el marcador de los volantes ofensivos y los delanteros.
Pero sin dudas lo que más preocupa, más allá de las estadísticas ofensivas o defensivas, es la ambivalencia de un equipo que gana o pierde. Contando el torneo anterior y este lleva 10 partidos consecutivos sin empatar, entre los que cosechó 5 victorias y 5 empates. El último empate fue ante Arsenal en noviembre de 2023. Para encontrar una racha similar debemos ir hasta el final del ciclo del Indio Ortiz en 2019, con 13 partidos, donde el Lobo cosechó 10 derrotas y 3 victorias.
Si Gimnasia no encuentra una estabilidad en cuanto al resultado y el juego estará siempre en el ojo de la tormenta, con partidos donde se muestra una cara de local y otra de visitante. Para que el ciclo de Madelón perdure y no genere desconfianza en el traperío es necesaria una mayor estabilidad defensiva que vuelva al equipo más confiable y sin tantos sobresaltos fecha a fecha.
Renzo Stefanizzi
