Cortando clavos. La frase le corresponde al vicepresidente Arrién, cuando en Letra G Radio hizo referencia a la situación del fútbol profesional, en el marco de un cambio de gestión que lleva once meses. El grupo que conduce el fútbol profesional volvió a chocarla en estos tiempos, cuando asomaba un 2022 ideal con Copa Sudamericana y promedio holgado: hoy Gimnasia si se salva le lleva 20 puntos al último.
Pero no. En enero adelantamos por este medio que la apuesta era arriesgada, en vez de hacer medidas de shock, propusimos hacer gradualismo. En la jerga: no hacer limpieza, más bien ir entendiendo los momentos. Por ejemplo, dejar a Rey seis meses, para conservar una columna vertebral de experimentados en puestos clave.
La CD, bajo la #FábricaDeJugadores y la deuda contraída, subestimó el presente y salió a la cancha con un grupo de pibes comandados por Chirola. Los expuso.
Gimnasia ganó el clásico y fue la alegría del año, pero el costo fue enorme. Encima, agosto pedía un quiebre y patearon cuatro fechas lo obvio. Además, vendieron a los pibes que crean juego, limpieza sobre limpieza.
Ya era tarde: lo barato sale caro. Terminaron renunciando a los ideales que tanto machacaron y vino Madelón a “salvar el barco”.
Lo positivo son las llegadas de Saravia y Abaldo, pero poco importa para los Triperos que duermen poco por estos días mirando la calculadora. Bajón de domingo dice una canción, cuando se resolvió el partido en Santa Fe en diez minutos, que trajo algo de alivio con la goleada en Córdoba. El Lobo debe ganar en Banfield para salvarse, o se repetirá la imagen solitaria de Cowen yéndose del Bosque con el insulto de los socios.
Letra G