La bronca es inconmensurable. Es que el Lobo tenía los tres puntos en el buche ante River en el Bosque. Había jugado un gran partido (un primer tiempo impecable) y ni el más pesimista imaginaba el desenlace de los últimos 20 minutos de juego.
Pero en el fútbol estas cosas pasan. Y, en un abrir y cerrar de ojos, con sendas pinceladas, el Millonario dio vuelta el asunto a 15 del final con Colidio y Rondón. Mucho antes, a los 3 minutos de la primera mitad, Tarragona había abierto la cuenta para hacer estallar a un Bosque repleto.
El equipo de Madelón superó al de Demichelis durante gran parte del partido. Lo controló con la clave en el mediocampo: allí, el tándem De Blasis-Saravia fue esencial para imponer el ritmo del partido.
Por su parte, Lamolina y el VAR hicieron de las suyas y ni siquiera revisaron un posible penal sobre Abaldo.
El Lobo fue y fue ya sobre el final a buscar el empate, pero no le alcanzó. Porque encima, Armani estuvo en una de sus mejores tardes.
La certeza es inequívoca: el camino es este. Jugando de esta manera, Gimnasia se salvará del descenso y tendrá margen para crecer en 2024. ¡A seguir así, Lobo!