El Lobo dio reválidas en Arroyito y se llevó puesto a Rosario Central para meter su segunda victoria al hilo en el campeonato y, momentáneamente, trepar a lo más alto.
No la tuvo fácil el equipo de Pipo Gorosito, que tuvo que trabajar mucho para hallar el momento justo y asestarle el golpe de nocaut al Canalla. Es que el partido mostró un dominio leve del conjunto rosarino, que no insinuaciones se acercó un poco más al arco de Rey.
La clave para la supremacía del local estivo en las escaladas del lateral izquierdo Blanco, quien siempre trepó como quiso y lanzo centros precisos al área de Rey. Igual, Central nunca contó con situaciones lo suficientemente nítidas como para lastimar.
EL Lobo sí tuvo. Una de Sosa, quien recibió por la punta izquierda y, cuando la jugada pedía pase atrás, le dio al arco sin éxito. Antes, al paraguayo le anularon un gol por estar en offside. Era un aviso de lo que pasaría cerca del final.
El segundo tiempo tuvo a un Gimnasia más replegado y a Rosario Central buscando más. Lo mejor del Lobo fue el orden defensivo y la tarea descomunal de Agustín Cardozo, siempre bien ubicado y con buenas entregas. Eso fue lo mejor. Eso, hasta que Brahian Alemán empezó a jugar. Y cuando quedaban 10 minutos para el tiempo cumplido, el uruguayo asistió de manera exquisita a Sosa. El paraguayo la controló y, de primera, sacó un derechazo cruzado que dejó sin chances a Servio. Clink caja.
El Lobo aguantó, ya con Insaurralde, Benja Domínguez y Fratta en cancha. Y no pasó zozobras hasta que Lousteau, de correcta tarea, pitó el final.
Gimnasia se abrazó nuevamente al éxito y, por ahora, hasta que jueguen Boca y Newells, mira a todos desde arriba. Racha impresionante made in Pipo y made in un plantel que sabe a lo que juega, en el que todos aportan y que, sustancialmente, siempre va al frente.
Vuelta de página y a pensar en el duelo del miércoles por Copa Argentina ante Flandria. ¡Arriba Gimnasia, siempre!