Gimnasia se juega a todo o nada ante Rosario Central en la final de la Copa Agentina. Estos jugadores tienen la oportunidad de meterse en la historia del club y no deben desaprovecharla. El Lobo, que tiene todo confirmado, estará respaldado por una masa infinita de triperos que dirán presente en Mendoza. El partido, no apto para cardíacos, arranca a las 21.10 y dirige Patricio Loustau. ¡Vamos Tripa carajo!
Llegó el día. Después de tantas horas de ansiedad, Gimnasia definirá su suerte esta noche en Mendoza ante Rosario Central en la final de la Copa Argentina.
El Lobo estará respaldado por más de 15mil triperos, que irán llegando a la tierra del buen vino en diversos medios de transporte. La fiesta será total. Ambas hinchadas arrasaron con las localidades disponibles, por lo que el marco será espectacular.
En ese entorno, el equipo de Troglio tiene la oportunidad de meterse de lleno en la historia del club. Es que si gana, Gimnasia estará sumando su tercer título de Primera División. Por eso, la cita de esta noche en el estadio Malvinas Argentinas es para alquilar balcones. Y para quedar afónico.
LOS 11 DE PEDRO
El Lobo ya tiene equipo confirmado. Troglio se guardó lo mejor para esta noche después de jugar con suplentes en el Monumental ante River. Y con respecto a los 11 que vencieron al Millonario en la semifinal de la Copa Argentina, Troglio introduce dos cambios: sale Bonifacio (expulsado) y entra Licht. Mientras que en defensa, el lesionado Coronel le deja el lugar a Guanini. Así, el Bochi se meterá en la zona del mediocampo, mientras que Ayala pasará a ocupar el lateral derecho.
En suma, Gimnasia jugará la finalísima ante Rosario Central con el siguiente equipo: Alexis Martín Arias; Víctor Ayala, Manuel Guanini, Germán Guiffrey, Matías Melluso; Fabián Rinaudo, Lucias Licht, Lorenzo Faravelli, Maximiliano Comba; Horacio Tijanocivh y Santiago Silva.
Por lo demás, también viajaron a Mendoza Moyano, Oreja, Gutiérrez, Bolívar, Cataldi, Gómez, Monti, Hirtado y Calderón. Uno de ellos quedará afuera del banco de los suplentes.
En cuanto al juego, no hay mucho que decir. Se trata de una final y hay que jugarla con dientes apretados. Que los jugadores estén seguros de que, si dejan todo en la cancha, serán reconocidos más allá de cualquier resultado. Porque la entrega se valora y la actitud no se negocia.
Por eso, hoy más que nunca, y para la felicidad de miles y miles de triperos de todo el planeta, transpiren la camiseta. Dejen todo en la cancha, hasta la última gota de sangre. Hasta lo último que tengan. Con eso basta. ¡Hagan historia, muchachos! ¡VAMOS GIMNASIA!