Gimnasia se despidió de la Superliga con una contundente victoria sobre Newells. El Lobo, plagado de chicos de inferiores bajo el ala del Indio Ortíz, superó sin problemas a la Lepra con golws del debutante Nicolás Ortíz y Ezequiel Bonifacio. Pedro Troglio estuvo en el Bosque y observó las acciones del equipo que comandará en la próxima temporada.
Los chicos le pusieron el pecho y dejaron en claro, otra vez, que hay material para dar batalla la temporada que viene. Gimnasia, de la mano del Indio Ortíz, logró una victoria importantísima de cara al futuro: 2-0 sobre Newells.
El Lobo fue pura entrega y garra y corazón y actitud. Una receta que suele funcionar en tiempos de tempestades. Y Gimnasia, que había sacado 22 puntos en 23 fechas, se despidió de la Superliga cosechando 5 sobre 9 en la recta final. Nada mal.
Lo mejor es que los pibes respondieron y son cosa seria. Pedro Troglio tendrá que evaluar y sacar sus propias conclusiones. Pero tal vez no sea necesario fijarse tanto en el afuera y soñar con refuerzos de jerarquía; tal vez, la solución esté en casa.
El Indio recibió el mejor premio: le dio la titularidad a su hijo Nicolás, y éste le devolvió la gentileza con un gol en su debut cuando el cronómetro marcaba 44 minutos de juego. ¿Qué más se podría pedir?
Hasta la apertura del marcador, Gimnasia no había pasado zozobras salvo por un cabezazo en el palo de Leal, la única carta peligrosa que mostró este tibio Newells en el Bosque. Y el Lobo había tenido poco, es cierto: algún disparo de Faravelli desviado, y alguna que otra intentona sin éxito.
En la segunda parte Gimnasia manejó los tiempos y las acciones. Nunca puso en peligro su victoria. Porque se mantuvo firme en defensa (lo de Melluso fue excepcional), mordió en el medio y presionó alto casi siempre. Enfrente, claro está, el peor Newells de los últimos tiempos nunca puso en apuros al conjunto tripero, que lo liquidó cerca del final, cuando Bonifacio recibió de Alemán y fusiló a Ibáñez.
Minutos después, Contín controló bien dentro del área y se perdió el tercero en forma increíble, cuanto la tiró por arriba del travesaño. Eso, igual, no opacó un muy buen rendimiento, pelando incansable contra la defensa rival y descargando siempre con eficacia.
Llegó el final y Gimnasia se abrazó a una victoria después de 9 fechas. No es poca cosa. No si se tiene en cuenta que este equipo, semanas atrás, se arrastraba por el piso. Por eso, la tarea del Indio es para ponerla en un cuadrito. ¡Así sí, Lobo!