Roberto Gigli y Lito Gárgano no estarán más al frente de El Bosquecito. Un trabajo impecable que ahora deberá reestructurarse.
Con la asunción de la nueva comisión directiva y luego de varias charlas se decidió no darle continuidad a un impecable trabajo en un predio que antes de ser administrado por Roberto Gigli y Lito Gárgano, era un verdadero desastre.
Llama la atención la decisión de la conducción actual del Club considerando incluso que ambos triperos ni siquiera pertenecían a la dirigencia anterior.
Ahora habrá que ver cómo continúa el proceso de recuperación de un predio que se muestra auspicioso, prolijo, recuperado y que invita a los socios e hinchas a asistir a ver los partidos del fútbol infantil.
Para despedirse, tanto Gigli como Gárgano quisieron culminar con una hermosa tarea que consistió en colocar en la pérgola del quincho, un dek que cubre el piso en
toda la extensión de la construcción, y que será una excelente terraza para
disfrutar del lugar y los partidos que se jueguen en la cancha nº 1 de 11
jugadores.
Esta obra se logró con la colaboración de un jugador del Club, el mismo que donó el dinero para la iluminación de la cancha 3, que no pudo darse a conocer como obra finalizada debido a que desaparecieron del galpón cuatro mesas y sus respectivas cuatro
sillas, que habían sido donadas por la firma que distribuye la bebida Powerade.
Gimnasia está lleno de problemas; pero también hay algunas soluciones. Hay que aprovechar el trabajo honesto y desconsiderado de los socios que se acercan y no malgastar energías en cuestiones que ya están cubiertas.
Esperemos que El Bosquecito siga creciendo; de lo contrario, como tantas otras veces, habrá que disculparse y salir a convencer a estos triperos y a sus familias para que retomen el trabajo que tan bien han realizado.
