Gimnasia transita una situación compleja y delicada en materia futbolística: camina por la cornisa y se hunde en la tabla de los promedios. En pocos años de gestión, esta Comisión Directiva se encargó de descuartizar todas las vertientes del fútbol tripero, y nunca hubo proyectos concretos. EDITORIAL
Gimnasia vive su peor momento futbolístico desde que ascendió allá por 2013. Vinieron torneos peleados, clasificación a la Copa Sudamericana y una final de Copa Argentina. Pero a la par del arribo de una nueva gestión –casualmente o causalmente- los números empezaron a caer, de Sudamericana a estar último en descenso directo: Soso, Sava, Troglio y Ortiz no supieron construir una base sólida con ideas claras. Del entrenador que ahora está en Honduras nos referimos a su segunda etapa, porque la anterior había sido muy buena.
Cuando no hay proyectos largoplacistas en un fútbol que demanda resultados urgentes, la realidad apremia. Entre los técnicos nombrados y Alfaro poco hay en común en filosofías, por lo que se puede pensar que la coyuntura tapa las ideas. Allá lejos quedaron las caminatas de los hinchas ofuscados por el nivel del equipo del ahora DT de Boca, pero que no perdía.
El Lobo necesita olvidar esos números y articular inferiores con el fútbol profesional. Desde la novena a la primera mantener un criterio de juego y reemplazos naturales ante futuras ventas, que son pocas por estos años. A su vez, generar procesos identitarios fuertes para que los pibes sientan al Lobo como su casa eterna en vez de pensar en Europa. Nada nuevo pero es necesario destacarlo, en un contexto donde pesan más las figuras de representantes, empresarios y especuladores de la televisión que los socios, hinchas y filiales.
Como dijo la Loba Tatiana Vera, este presente en fútbol no debe omitir el gran desarrollo deportivo de las múltiples disciplinas del club. Gimnasia a nivel provincial es la institución que más alternativas ofrece para realizar actividades físicas, con el TIADE como bandera de inclusión.
Mientras abre el básquet en mujeres, el vóley se mantiene en la elite hace 20 años y las chicas de fútbol firman su primer contrato profesional. Es cierto que son sólo nueve y el contrato son dos salarios mínimos, pero a paso lento se avanza en un sueño que hace poco más de un año parecía imposible: las chicas están en Primera División y son convocadas a la selección argentina. En el debe le queda a esta gestión que jueguen siempre en el Bosque, en vez de pedirle al socio que pague un monto anual para verlas a un lugar lejano como Estancia Chica. Por eso la adquirieron menos de cincuenta hinchas.
En deuda también quedan temas sensibles como la incertidumbre de un concurso que puede poner en jaque las arcas del club, la poca transparencia con los terrenos de Estancia Chica y lo inconcluso de las obras en la platea Néstor Basile. No sirven los parches de baños para garantizarles palcos a algunas familias, o un quincho para jugadores profesionales mientras los empleados del club no cobran a tiempo.
En esas contradicciones anda Gimnasia, que tiene 18 mil socios y está lejos de esa promesa inicial de esta gestión, cuando comenzó su campaña para incorporar una economía genuina al club. Confiar en ideas a varios años, pensar en los socios y llenar de hinchas a los distintos patrimonios del club es el horizonte…y cuidar al Lobo en la derrota, hasta el final.
